Ortodoncia invisible vs brackets tradicionales: ¿cuál elegir?

La elección entre ortodoncia invisible y brackets tradicionales depende de múltiples factores clínicos, estéticos y de estilo de vida. Ambas opciones corrigen malposiciones dentales, mejoran la función masticatoria y la salud periodontal, pero difieren en estética, comodidad, eficacia y requisitos de mantenimiento. A continuación se presenta un análisis exhaustivo para tomar la decisión más adecuada.

1. Principios de funcionamiento

La ortodoncia invisible utiliza alineadores transparentes y graduados fabricados a medida mediante tecnología 3D. Cada juego de alineadores se lleva 20–22 horas al día durante 1–3 semanas antes de pasar al siguiente, desplazando progresivamente los dientes hacia la posición deseada.

Los brackets tradicionales consisten en soportes metálicos o de cerámica adheridos a la superficie de cada diente y conectados por un arco de metal. El ortodoncista ajusta periódicamente el arco para aplicar fuerzas controladas que reposicionan los dientes.

2. Estética y discreción

  • Ortodoncia invisible: prácticamente imperceptible cuando se lleva puesta, lo que la convierte en la opción preferida de adultos profesionales y adolescentes preocupados por la apariencia durante el tratamiento.
  • Brackets tradicionales: los metálicos son claramente visibles, aunque las versiones de cerámica o zafiro ofrecen mayor discreción.

3. Comodidad y adaptación

  • Ortodoncia invisible: los alineadores suaves reducen irritaciones en labios y encías. Sin embargo, al principio pueden generar presión incómoda y aumentar la salivación.
  • Brackets tradicionales: los brackets y alambres pueden rozar o lesionar la mucosa oral, especialmente tras los ajustes mensuales, requiriendo cera ortodóntica para aliviar molestias.

4. Higiene y mantenimiento

  • Ortodoncia invisible: facilita el cepillado y el uso de hilo dental al ser removible. Es necesario limpiar los alineadores a diario para evitar manchas y depósitos de bacterias.
  • Brackets tradicionales: dificulta la higiene interdental; requiere cepillos interproximales y copas de limpieza para eliminar placa alrededor de los brackets y arcos.

5. Control y eficacia del movimiento dental

  • Ortodoncia invisible: altamente eficaz en casos de apiñamiento leve a moderado, cierre de espacios y correcciones de sobremordida ligera. Puede requerir “microestripping” o auxiliaries pequeñas ataches en los dientes para movimientos complejos.
  • Brackets tradicionales: adecuados para casos complejos (rotaciones severas, mordidas profundas o abiertas, maloclusiones de tercera clase) debido a la capacidad de aplicar fuerzas multidireccionales mediante arcos, ligaduras y accesorios auxiliares (resortes, gomas intermaxilares).

6. Duración del tratamiento

  • Ortodoncia invisible: los tratamientos duran en promedio entre 12 y 18 meses, aunque los casos simples pueden resolverse en 6–9 meses y los complejos en hasta 24 meses.
  • Brackets tradicionales: por lo general requieren de 18 a 24 meses, dependiendo de la severidad de la maloclusión y la cooperación del paciente.

7. Coste

  • Ortodoncia invisible: suele ser un 10–25% más cara que los brackets metálicos, debido al costo de fabricación personalizada de los alineadores y al software de planificación digital.
  • Brackets tradicionales: los metálicos tienen el precio más bajo; los brackets cerámicos o linguales incrementan el coste en un 15–30% adicional.

8. Compatibilidad con hábitos y estilo de vida

  • Ortodoncia invisible: ideal para quienes practican deportes de contacto o tocan instrumentos de viento, ya que se puede retirar durante la actividad (aunque se recomienda un uso mínimo de 20 horas diarias).
  • Brackets tradicionales: permanentes durante todo el tratamiento; quienes practican deportes de contacto deberán usar protectores bucales especiales.

9. Requisitos de supervisión profesional

  • Ortodoncia invisible: requiere citas periódicas cada 6–8 semanas para revisión; el paciente cambia la secuencia de alineadores en casa.
  • Brackets tradicionales: citas mensuales o bimensuales para ajustes, cambio de arcos o ligaduras y control del progreso.

10. Factores de decisión

Para elegir entre ambas alternativas, conviene evaluar:

  • Grado de complejidad de la maloclusión
  • Prioridad estética y nivel de discreción deseado
  • Capacidad de compromiso con la disciplina de uso (alineadores deben llevarse ≥20 h/día)
  • Habilidad y tiempo para una higiene rigurosa
  • Presupuesto disponible
  • Actividades deportivas o profesionales que limiten el uso de aparatos fijos

No existe una solución única universal. Para maloclusiones leves y moderadas en personas que valoran la estética y la comodidad, la ortodoncia invisible es la opción más atractiva. En casos de correcciones complejas o cuando el presupuesto es limitado, los brackets tradicionales siguen siendo el estándar de oro por su versatilidad y eficacia. La decisión definitiva debe basarse en una valoración clínica exhaustiva por un ortodoncista, que considere las necesidades, expectativas y estilo de vida de cada paciente.